Experiencias

Experiencia por Lara. Mrkh. 48 años.

Hola chicas, mi nombre es Lara y soy de Andalucía, me encuentro muy feliz por el hecho de estar en este espacio compartiendo parte de mi vida con mujeres que, como yo, nacisteis con una característica que nos desvía un poquito de la mayoría de la población, particularmente lo más duro de esta situación ha sido siempre la sensación de soledad, de aislamiento y esta sí que la voy sintiendo menos pesada, cada vez más difusa.

Siendo sincera, aspecto éste no siempre positivo, llevo tiempo arrastrando este ejercicio de recuerdo…. me da cierta pereza o tal vez rechazo y aunque sea necesario repasarlo antes de compartirlo, no lo voy a hacer así que de ante mano os pido disculpas por los errores que podáis encontrar.

 Tengo 48 años y hay muchos detalles que he dejado de rumiar, agradezco de cualquier forma todo lo que el camino me ha enseñado y el compartirlo espero que sea bueno para otras mujeres, como para mi lo fue en su momento, sentir que otras chicas se sintieron como yo.

Mi diagnóstico definitivo se presentó cuando tenía 17 años, desde los 14 años muchas vueltas, tratamientos de estimulación para los ovarios, analíticas, hallazgo de úteros múltiples y hasta búsqueda de un tumor que pudiera estar provocando la no aparición de la menstruación…. Finalmente una prueba de laparoscopia dio con la respuesta, la cual nadie me transmitió de una forma especial, la escuché mientras se lo comunicaban a mis padres dentro de la habitación pensando que yo aún estaba bajo los efectos de la anestesia, no podría tener hijos porque no tenía útero y no podría tener relaciones hasta una futura intervención porque no tenía vagina…. 

Lo primero, ya fuera por la edad o por la escasa felicidad que el tener hijos había percibido toda mi vida, me afectó muy vagamente, pero lo segundo, con esa edad y mis rasgos de personalidad introvertida, insegura y con escasa adaptación a mi grupo de edad, la verdad me alejó definitivamente de vivir una adolescencia normal, me hizo sentir rara, triste, sola y muy infeliz, lo llevé muy mal, es lo que más daño me ha hecho con diferencia y a día de hoy ,aunque me siento realmente bien, no siento realmente tenerlo superado, inundó en exceso mi vida, mis preocupaciones, mis pensamientos, mis metas, mi autoestima.

La recomendación inicial de una cita al año para hablar siendo ya mayor de edad y la asistencia al psicólogo se obvió, supongo que se pensaban que todo se arreglaría de forma mágica y repentina un día cualquiera, un día en el que un novio maravilloso se ocupara de apagar mi tristeza y me volviera normal.

Resumiendo bastante, tras un primer noviete al que dejé, la realidad me estalló en la cara, no sabía qué hacer y tras contárselo a una amiga que supo hacer menos, decidí coger cita por mi cuenta en el hospital para poner solución, la respuesta del médico fue aún mejor, no te puedes operar hasta que no tengas pareja estable…. Le respondí que cómo se haría si esa supuesta pareja se ausentara por x motivo???? Su respuesta, pues tendrías que volver a operar…. Salí triste, cabreada y sin creerme nada.

En esa época, sería 1990 o así, era todo un mundo para poder buscar información, contacté por carta con distintos hospitales y tras leer lo que andaba buscando, solicité un traslado de historial y sin faltarme algún que otro traspiés, definitivamente fui operada sobre 1996 o así, y por entonces ya tenía pareja… llevaríamos unos 3 años, no creo que haga falta decir que aquella relación se sustentó más en una necesidad que me crearon que en una realidad, entre miedos y otros sentimientos aguanté lo que una relación de amor jamás debería aceptar, odio esa época, aún siento rabia.

Mis años en pareja, casada y por la iglesia para más detalles, transcurrió y finalizó tras unos 20 años de forma extraña, rara o particular como sus inicios, me costó lo indecible terminar pero siento que me quité un lastre muy importante, viví en una preocupación constante por la sexualidad, eso me hizo sentir siempre, mi sensación es esa tuve a mi lado el peor de los lastres, y lo había elegido yo.

A día de hoy vuelvo a tener pareja, él justamente fue el motivo de mi ruptura, bienvenida la infidelidad que me empujó de forma abrupta a esa ruptura, muy traumática pero da igual, nada hubiera sido peor que seguir y yo soy la responsable de cada uno de mis actos, sí, yo y mis circunstancias.

Ya veis que media vida ha estado embarrada por ese diagnóstico y esas soluciones que aquellos profesionales me dieron, pero bueno ese es mi camino.

De corazón siento que ocultar nos hace prisioneras en un espacio muy pequeño, oscuro y lleno de fantasmas, de mentiras y de lo que cualquiera que se te cruce te pueda hacer creer, muchos miedos más gigantes e importantes que lo que la realidad y la luz te hubieran mostrado, pero una mente joven y sola, no conoce la realidad, esa realidad relativa, dependiente de quien te la muestre.

Con ayuda, con apoyo, con información correcta, con la visibilidad, con todo lo que me hace igual a otras mujeres, junto con aquello que me hace diferente, con conocimiento y el acto de  compartir, eso puede ser el mejor de los tratamientos para hacernos crecer de una forma sana.

Un beso para todas.

Puede que también te interese ...