Experiencias

Experiencia de Carla

Un saludo a todas. Como todas las chicas aquí soy Rokitansky y espero que no os importe que de momento use un pseudónimo en el blog por ciertas razones personales. Así, me presento como Carla y tengo 35 años. Me gustaría contaros como he vivido yo el hecho de ser Rokitansky y para ello voy a dividirlo en tres etapas: cómo me enteré y acepté que tenía el síndrome, cómo me ha ido la vida sexual, y cómo estoy enfrentando ahora el deseo de ser madre. En esta publicación os voy a hablar sólo de las dos primeras fases y más adelante haré otra publicación para abordar la maternidad. 

No puedo recordar con exactitud la edad que tenía cuando mi madre me llevó por primera vez al ginecólogo pero debía andar entre los 12-14 años. La primera vez el ginecólogo tan solo me pudo hacer una eco porque era pequeña y no consentí en que me explorara, me daba un poco de miedo. El doctor dijo que parecía que no tenía útero y que probablemente no podría tener hijos pero había que verlo mejor.
Esperamos unos años y a los 18 años mi madre me llevó a una ginecóloga para ver si me sentía más cómoda y efectivamente, con ella me pude relajar y dejar que me explorara. Además por aquel entonces yo tenía ya novio y, aunque no había podido tener relaciones sexuales normales pero tenía más experiencia. La doctora no me dijo que tenía el síndrome pero sí que no tenía útero y que mi vagina era muy pequeña, por lo que no podría quedarme embarazada y debía operarme para crear una vagina artificial si quería tener una vida sexual normal.
La doctora fue bastante agradable y positiva haciéndome ver que hay muchas mujer que teniendo el periodo y útero no se quedan embarazadas tampoco y finalmente optan por adoptar como era su caso. Recuerdo que me dijo algo así como “…al menos tú te libras de tener el periodo, mírame a mí que llevo toda mi vida con el periodo, sin disfrutar plenamente del sexo con mi pareja y tomando precauciones para no quedarme embarazada y al final el resultado es el mismo, no puedo quedarme embarazada,..” jajaja, en realidad tiene razón, no hay que dramatizar.

Con el tiempo he entendido que es cierto y que lo importante para mí es ser madre lo cual dura toda la vida mientras que el embarazado, aunque debe ser una experiencia muy bonita, es un “trámite” (por llamarlo de alguna manera) que dura 9 meses. La doctora además me comentó que si quería tener hijos biológicos sería posible a través de subrogación o lo que es conocido como “madre de alquiler” aunque no era legal en España. Ella decía que para cuando yo quisiera ser madre seguramente lo habrían legalizado en España, jajajaja,…era demasiado positiva y creía demasiado en la evolución de este país pero esa es otra historia. Respecto a la vagina sólo me comentó la opción de la cirugía.
Cuando salí de la consulta tengo que reconoceros que me sentí muy triste, recuerdo estar conteniendo el llanto en la consulta de la doctora y explotar nada más salir abrazada a mi madre. Mi madre que es una mujer maravillosa, superpositiva y alegre me dijo que no me preocupara y enfocara la situación con perspectiva, que todo tiene solución y que ellos (mis padres) me ayudarían siempre en lo que necesitara.
Mi madre siempre que he tenido algún problema me ha dicho “mira hacia detrás de ti y entenderás lo privilegiada que eres”. La de personas que hay con limitaciones físicas serias que le impiden tener una vida normal, realmente en nuestro caso es algo que tiene fácil solución y simplemente hay que enfrentarlo como tal. La verdad es que me ayudó muchísimo, lo acepté muy rápido y no volví a derramar una lágrima más por este motivo. Pienso que el hecho de que mi familia no dramatizara en absoluto con el tema ni lo vieran como un problema creo que me debió ayudar mucho a verlo de una forma natural y aceptarlo sin más. Nunca me sentí menos femenina, ni menos mujer que cualquier otra chica, lo único es que era consciente de que tendría que ingeniármelas en un futuro para ser madre.
Respecto al tema sexual, mis padres no son muy amigos del quirófano y me llevaron a un tercer ginecólogo para ver si había otra solución. Él nos sugirió probar primero con los dilatadores y si no funcionaba entonces recurrir a la cirugía. En mi caso la técnica ha funcionado bien. Recuerdo que las primeras veces que intenté mantener relaciones sexuales fue totalmente imposible, como si hubiese un muro. Esto fue con 17 años, antes de ir a la ginecóloga, y como nadie me había explicado que tenía el síndrome de Rokitansky ni lo que suponía, tan solo que no iba a poder tener hijos, en un principio pensaba que era algo que le pasaba a todas las mujeres las primeras veces que intentaban tener relaciones sexuales –dificultad para romper el himen o nervios que producían contracciones en la vagina.Recuerdo que el doctor solicitó los dilatadores a algún lugar en USA y tardaron como 2-3 meses en llegar, ahora imagino que será posible conseguirlos en España mucho más fácil y rápido. Tengo que deciros que yo no soy muy constante para seguir ningún tratamiento y recuerdo que los estuve usando poquito tiempo (2-3 meses) y de manera discontinua. El ginecólogo me dijo que había dos packs de dilatadores que variaban en la longitud. Yo empecé con el primer pack que eran los más pequeños y nunca llegué a encargar el segundo. En mi caso tenía cuatro dilatadores, todos prácticamente con la misma longitud – unos 10-12 centímetros aproximadamente- y diferentes grosores. Fue bastante rápida la evolución y en muy poco tiempo me pude poner el dilatador más grande sin problema.
Después de usar los dilatadores todo fue bien. Por supuesto tener una pareja estable, ayudó mucho a que pudiera dejar de usarlos pronto. Desde entonces he tenido 4 relaciones estables y solo he vuelto a tener ciertas dificultades con una de ellas, lo que no ha hecho menos placentera nuestra vida sexual. Aunque es muy personal pero es importante que sepáis que esa dificultad no está relacionada con el tamaño del pene ni con el grosor, pienso que se unieron un conjunto de factores que simplemente hacían la penetración más complicada. Aun así, tengo que recalcar que la relaciones sexuales fueron tan placenteras como con el resto de mis otras parejas, simplemente recurríamos menos a la penetración sin más. Cada vez que he cambiado de pareja, cuando veía que iba a comenzar otra relación he vuelto a usar los dilatadores, aunque francamente pienso que es algo más psicológico que físico pero me daba la sensación que podría volver a cerrarse un poco y así me sentía más relajada. Algunos ginecólogos después de usar los dilatadores siguen notando que mi vagina es más pequeña de lo normal pero ya os digo que, a excepción del caso que os he comentado, el resto de las parejas que he tenido me han confirmado que ellos no han notado nada raro, ni que sea más pequeña ni estrecha ni nada. Mi consejo para las chicas que se estén enterando ahora es que no hay motivos para dramatizar ni agobiarse en absoluto. Especialmente para vosotras que sois jóvenes y que disponéis de mucha más información y soluciones hoy en día. La vagina la podéis desarrollar con dilatadores o con cirugía y el ser madre a través de subrogación, adopción o incluso ya se están haciendo trasplantes de útero en mujeres en diversos países y se están quedando embarazadas, aunque aún esto está en fase experimental. Respecto al uso de dilatadores versus cirugía, desde mi experiencia recomendaría probar primero los dilatadores y si veis que no funciona recurrir a la cirugía.
Espero que mi experiencia os sea de ayuda a alguna!

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