El 5 de agosto 2011 tuve el placer de conocer a Silvia y a Paula en persona. A mis 50 años he conocido dos personas que tienen la misma malformación congénita que yo. A mis 19 años, después de 2 tratamientos hormonales para que me bajara la regla, me dijeron que tenia una malformación congénita muy rara. Como ya tenia un montón de problemas personales, esta información solo añadió una carga más y continué mi vida como pude con otro laste y otro conflicto a resolver, sintiéndome aun más rara. Soy una persona cabezota, con un gran sentido de la obligación y pienso que los problemas son para resolverlos. Los años, las terapias y mi propia cabezonería me han hecho entender que todo es relativo, que casi todo es cuestión de conceptos, que la realidad es la realidad pero que la forma de vivirla cambia según la persona, el momento y las circunstancias. El conocer a Paula y Silvia me lo ha confirmado. Yo pensaba que mi lento crecimiento a todos los niveles era debido a mi malformación y Silvia y Paula por lo que hablamos han tenido un desarrollo normal. Otra de las cosas que también confirmé es la importancia de hablar los temas que nos preocupan. La sabiduría compartida es mas sabiduría, relaja angustias y da nuevas perspectivas. Me dio mucha envidia (sana) Paula donde en su casa el tema era hablado abiertamente y no tabú como ha sido en mi familia. Para mi el problema no es tener una malformación congénita (que por otra parte no se ve) sino el sentimiento de aislamiento que produce verte diferente y no poder hablar de ello (cosa que ya no pasa fuera de casa) o no sentirte comprendida. Gracias Paula y Silvia, gracias a ti lector(a) por interesarte.Un abrazo Mª Angeles
Experiencias